COMUNICADO DE PRENSA:
La Cámara que reúne a los empresarios de seguridad privada CAESI, se reunió con la Asociación de Countries y Clubes de Campo el pasado 18 de agosto. Por la patronal estuvo su presidente, el inefable Aquiles Gorini y el Director Ejecutivo Durañona. Por la otra parte, según reza un escueto comunicado de prensa, participaron 60 Gerentes y Jefes de seguridad de las mencionadas urbanizaciones.
Ante este hecho quisiéramos hacer algunas consideraciones. Y va dirigida exclusivamente a la mencionada Asociación y a los vecinos que representan, porque de CAESI, a esta altura de los acontecimientos, no esperamos ninguna muestra de la más mínima cordura, de la más insignificante lucidez, ya que hace rato se han transformado en un clan destinado a favorecer los negocios de un puñado de empresas.
Ahora bien, resulta evidente que a esta trascendente reunión por lo sensible del tema, la seguridad, le hace falta una pata importante, está ausente la visión y la propuesta de los trabajadores a través de las organizaciones gremiales que los representan. Creemos que únicamente a partir de la confluencia de los tres actores fundamentales, se encontrarán las soluciones a los problemas que se presentan.
Allí plantearemos, entre otros temas, la nula capacitación hecha a los compañeros en referencia a la custodia de barrios privados, elemento esencial, que sin embargo para los empresarios es un costo inadmisible y hasta una excentricidad hacerlos. La falta de descanso adecuado. El pago de parte del salario en negro, situación que pone en riesgo el patrimonio de los vecinos del lugar en caso de conflictos legales.
Vemos que, la obsesión de CAESI, es como siempre la situación gremial como explican en el pobre comunicado, pero cuando les alertamos sobre la falta de cobertura en lugares clave del perímetro, la inconsistencia de los relevos por falta del número necesario de trabajadores, responden indefectiblemente que de otra manera “no cierra el negocio” y cuando sucede un ilícito, con lastimados y hasta con víctimas fatales, se lo atribuyen livianamente a “nuevas modalidades delictivas”.
Son solo algunas consideraciones a ampliar, pero que triplican con creces el mezquino informe destinado a sus asociados, tal vez con la intención de ocultar lo imposible: El negocio es solo para su pequeña pandilla y la seguridad les importa solo para llenar sus ya desbordados bolsillos.
