Siguen priorizando sus negocios, su rentabilidad y siguen despreciando la vida de los trabajadores.
Un trabajador de la Central de Monitoreo del Banco advierte al Jefe del Servicio Ricardo Rivera que su madre, trabajadora de la Salud, dio positivo en el Test del Coronavirus. Este indica que no vaya a trabajar y lo mismo hace con dos compañeros con los que mantiene una más estrecha relación laboral.
Rivero, personaje conocido por los frecuentes destratos, aprietes y amenazas, no informa de la gravedad de la situación ni al Banco ni a la empresa de seguridad.
El compañero se realiza el Test, da también positivo y es aislado en un hotel de la Ciudad de Buenos Aires. El resto de los trabajadores y trabajadoras de la misma guardia, 30 en total, son obligados a seguir trabajando sin ser sometidos a examen alguno para conformar o descartar un posible contacto.
Todos ellos, que regresan a sus hogares en transporte público, viven en la angustia e incertidumbre de no saber si son portadores del virus y si contagian o no a sus familias.
SIEMPRE EL NEGOCIO POR SOBRE LA VIDA.
ESTADO DE ALERTA CONTRA AMBAS EMPRESAS