A los 100 años del natalicio de la compañera Evita queremos expresar el más sentido homenaje de los trabajadores Custodios a la abanderada de los humildes.
Su lucha y su legado cobran hoy una extraordinaria vigencia. En tiempos de una feroz arremetida de la oligarquía con aludes de despidos, miseria y revancha su ejemplo y enseñanzas se tornan imprescindibles.
Hoy como ayer no son tiempos para tibios. El Pueblo y las organizaciones que lo representan deben asumir el deber histórico de oponerse al eterno retorno de esas elites que bajo la mascarada del cambio solo vienen para perpetuar la explotación y el hambre de los sectores populares.
Para finalizar una frase de Evita que sintetiza nuestra guía, en tiempos de tantos dirigentes perezosos:
«Yo los he visto marearse por las alturas.
Dirigentes obreros entregados a los amos de la oligarquía por una sonrisa, por un banquete o por unas monedas.
Los denuncio como traidores entre la inmensa masa de trabajadores de mi pueblo y de todos los pueblos.
Hay que cuidarse de ellos: son los peores enemigos del pueblo porque han renegado de nuestra raza.
Sufrieron con nosotros, pero se olvidaron de nuestro dolor para gozar la vida sonriente que nosotros les dimos otorgándoles una jerarquía sindical.
Conocieron el mundo de la mentira, de la riqueza, de la vanidad y en vez de pelear ante ellos por nosotros, por nuestra dura y amarga verdad, se entregaron.
No volverán jamás, pero si alguna vez volvieses habría que sellarles la frente con el signo infamante de la traición».