Lo venimos denunciando hace tiempo y en soledad. La seguridad privada constituye un Estado dentro de otro Estado. Con leyes propias que solo encuentran obstáculos con el SUTCA y otras pocas organizaciones gremiales que enfrentan sin especulaciones a esta poderosa maquinaria que posee fluidos contactos con el sector político y con los propios clientes para quienes trabajan, que lejos de buscar una prestación de custodia y vigilancia de calidad, solo buscan obtener rentabilidad y valor agregado a costa del desprecio hacia quienes deben proteger y de una explotación laboral sin límites. (Nota publicada por Mundo Gremial).
Ahora se sorprenden porque fue detenido un poderoso empresario del sector acusado de extorsión y prófugo de la justicia con pedido de captura nacional e internacional desde diciembre del 2018. Sin dudas una noticia impactante que no debería de ninguna manera ocultar la realidad que padecemos a diario los trabajadores y que son informadas en tiempo y forma a los organismos competentes y sobre las cuales pocas veces se actúa: horas y cantidad de personal que figuran en los pliegos licitatorios que no se cumplen en la realidad efectiva resintiendo la diaria labor de los trabajadores. Constantes violaciones al CCT y a las leyes laborales, dinero que descuentan las empresas y no son girados a los entes correspondientes, pésimas condiciones de seguridad e higiene, persecución laboral y sindical, aprietes, amenazas y un Estado que no ve, no escucha, transformándose en cómplice de una situación que solo beneficia a unos pocos en detrimento del ciudadano que exige seguridad y del trabajador que se ve bombardeado por todas estas circunstancias con salarios por debajo de la línea de la pobreza que en su permanente deterioro se acercan peligrosamente a la línea de la indigencia.
Finaliza el comunicado de prensa: parecería ser que hay delitos de primera y de segunda. La detención de un empresario prófugo que habría extorsionado a sus propios colegas merece si un castigo. Ahora que esos mismos personajes desconozcan arteramente la constitución nacional, las leyes, evadan aportes previsionales y patronales, que creen fraudulentamente cooperativas para maximizar sus ganancias privando al trabajador de licencias médicas, aguinaldo y vacaciones pagas se transforman solamente en “errores” que se corrigen con un acto administrativo y una sanción monetaria que jamás se hace efectiva. Esto parecería ser otro aceitado engranaje solo destinado a esparcir un poco de maquillaje por parte del Estado, máximo responsable de la situación descripta, para que nada cambie y garantice en cambio la continuidad del sistema.
