Más de 300.000 trabajadores de diversos sectores de la CGT, CTA y Movimientos Sociales el día 29 de noviembre nos dimos cita frente al Congreso Nacional para manifestar nuestro enérgico rechazo a las leyes de reforma laboral, previsional y fiscal.
La mal llamada Ley de Reforma Laboral, es a las claras un nuevo intento de flexibilización laboral que pretenden hacernos retroceder 100 años de luchas y conquistas, barriendo con el corazón de la Ley de Contrato de trabajo. Es el sueño de los grandes grupos económicos; trabajadores sin derechos y una Argentina sin sindicatos. Por eso el ataque despiadado a las organizaciones obreras, los aprietes, las amenazas de quitas de Personería Gremial e Inscripción Gremial. Es falso que aspiran a gremios transparentes, aspiran a gremios dóciles que entreguen mansamente a sus trabajadores. Por eso no tenemos que equivocarnos al hacer un análisis de la coyuntura actual.
Los trabajadores de seguridad privada hace 35 años que somos precarizados, justamente por tener un CCT que nos resta derechos por debajo del piso que estipulan las leyes laborales e incluso la propia Constitución Nacional. Pero como la clase empresarial siempre va por más, sobre todo en nuestro sector, que piensan que es una excentricidad incluso el hecho de cobrar salarios, festejan alborozados este intento gubernamental. Hablan de la industria del juicio, como si nosotros alegremente iniciáramos litigios y estos no sean producto del robo de los empresarios en mala liquidación de haberes, en horas extras, en la falta de aportes a la seguridad social. Ahora para terminar con esto pretenden abaratar las indemnizaciones. ¿Cómo? Obligando al propio trabajador a que deposite mensualmente una cuota que luego se transformará es su propia indemnización. Si, ahora nosotros deberíamos pagarnos nuestro despido. Más allá de lo repudiable de esta decisión, aumentarían exponencialmente la cantidad de trabajadores cesanteados.
Piensan barrer con el principio de “Irrenunciablidad”, que ahora impide al trabajador firmar un convenio de manera directa con la patronal resignando derechos establecidos en la LCT y en el CCT. Ahora te pueden apretar y legalmente podes renunciar al cobro, por ejemplo de las horas extras o del aguinaldo. Aquellos empresarios que por años te tuvieron en negro, o te descontaban para la Obra Social o la jubilación pero no la depositaban, porque se la robaban, estos delincuentes ahora serán premiados. Es el famoso “Blanqueo”, el Estado le perdona las multas y el trabajador estafado no podrá reclamárselas judicialmente. Todo para ellos, nada para quienes ponemos el lomo 12 horas o más por un salario por debajo de la línea de la pobreza. Y eliminan la Responsabilidad Solidaria de la empresa principal que contrata a, por ejemplo, una empresa de seguridad privada. Por ahora el tratamiento de esta Ley que beneficia únicamente a los ricos ha sido postergado, por la presión y movilización de un sector del Movimiento Obrero, al que pertenecemos, que no se vende.
Lamentablemente esta madrugada se votó en el Senado la media sanción de la Ley de Reforma Previsional, que pretende financiar la quita de retenciones al agro, a las mineras, la baja de impuestos y aportes previsionales a los grandes empresarios, la toma indiscriminada de deuda externa, la bicicleta financiera, quitándoles el plato de comida a jubilados que no llegan a fin de mes, a los que cobramos Asignaciones Familiares y a los beneficiarios de las AUH y pensiones. De esta manera, el 15% de aumento que todas esas prestaciones deberían tener en marzo, se transformará en solo un 5,7%. Una pérdida de casi el 10% del poder adquisitivo. La “Reforma Permanente” que anuncia el gobierno es simplemente sacarle recursos a los pobres y a los trabajadores para entregárselos a los grandes grupos económicos. Es de una perversidad inaceptable. La respuesta nuestra es simple: lucha y resistencia.